Ya hacía años que tenía ganas de ver la obra de teatro ART. Si, ya se, parece mentira que una friki del teatro como yo, no haya visto la obra más representada del mundo... el caso es que un día paseando por el centro de Santiago vi un anuncio.
Así, uno de esos días tontos que nos quedamos atrapados en Santiago, acabamos en el teatro. Bien mirado no era una mala idea, la autora es argentina, y como el acento chileno tiene un aire al argentino la obra cobra si cabe más sustancia.
El teatro estaba en un barrio cercano al centro; las calles estaban llenas de bares, locales reconvertidos en teatros alternativos y llenas de gente joven.
Al final resultó ser un acierto. La obra nos encantó. Estuvimos casi dos horas de obra sin parar de reír.
Así, uno de esos días tontos que nos quedamos atrapados en Santiago, acabamos en el teatro. Bien mirado no era una mala idea, la autora es argentina, y como el acento chileno tiene un aire al argentino la obra cobra si cabe más sustancia.
El teatro estaba en un barrio cercano al centro; las calles estaban llenas de bares, locales reconvertidos en teatros alternativos y llenas de gente joven.
Al final resultó ser un acierto. La obra nos encantó. Estuvimos casi dos horas de obra sin parar de reír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario