Comienza nuestra pequeña gran aventura!!

5 meses, 10 países, más de 30000 kilómetros, en avión, coche, autobús o lo que sea necesario... Todo para cumplir un sueño. Hacer un viaje por las américas. ¡Esperamos que os guste!

sábado, 1 de diciembre de 2012

Rapa Nui, Isla de pascua, Easter Island (día 2)

Aquella noche hizo un viento increíble que hacía tambalearse la tienda de campaña; tengo que reconocer que por un momento me arrepentí de no haber escogido un mega hotel donde el viento y la lluvia fueran algo anecdótico.
A la mañana siguiente tal y como habíamos planeado alquilamos unas bicicletas y nos fuimos a recorrer la zona sur de la isla. Como la isla es muy pequeña las distancias son asequibles, incluso para alguien que no este acostumbrado a ir en bici como yo... La carretera que escogimos era tranquila y bordeaba la isla de manera que íbamos viendo el mar todo el tiempo. Poco a poco fuimos recorriendo los distintos yacimientos y cuanto más veíamos más nos conquistaba aquel lugar perdido del mundo en el que el tiempo parecía ir otro ritmo.
Alex, nuestro acompañante, resultó ser un entendido en civilizaciones antiguas lo que fue una suerte porque conocía más que nosotros la historia de la isla y nos fue contando diferentes historias y leyendas que había sobre cada uno de los yacimientos y cuevas que visitamos. Los lugares ya son suficientemente impresionantes en si mismos pero conocer las incógnitas que la cultura Rapa nui hace que cada vez sientas más curiosidad.
Para la hora de la comida yo ya había tenido suficiente paseo en bici y mi trasero empezaba a quejarse; justo a tiempo llegamos al yacimiento de los siete guerreros y decidimos parar allí a hacer el picnic de rigor... Nos sentamos delante de los moais y mientras Alex nos contaba las curiosidades de aquel lugar y disfrutábamos de la tranquilidad de estar completamente solos. De vez en cuando aparecía algún todo terreno con turistas que se marchaban después de la foto de rigor.


La vuelta al camping la hicimos por el centro de la isla. El paisaje aquí era totalmente distinto; la carretera estaba rodeada de campos de cultivo y apenas había yacimientos.
Para el final del paseo y después de que Joan me "echara la bronca" por lo poco en forma que estaba y porque no quería volver a ver la bici en unos cuantos días... la decisión estaba clara, al día siguiente alquilaríamos un coche para explorar la zona norte.

domingo, 10 de junio de 2012

Rapa Nui, Isla de Pascua, Easter Island, (Dia 1)

...todavía no habíamos salido del aeropuerto y ya me había conquistado... Al bajar del avión me pareció estar de nuevo en Cartagena de indias. Al llegar a la zona de recogida de maletas me fijé que todos  los hoteles venían a recoger a sus huéspedes y les colocaban un collar de flores naturales, supuse que el extra coste de un hotel 5 * bien merecía todas las atenciones. Mientras esperábamos que saliesen las mochilas conocimos a Alex, un chico catalán que dormía en el mismo camping que nosotros y que viajaba solo. Congeniamos desde el primer momento.
El buen rollo que nos  invadió desde el minuto 0 no hizo más que aumentar cuando al llegar al stand del aeropuerto del camping nos dieron ¡un collar de flores!


A eso de las 4 de la tarde ya estábamos instalados y nos fuimos a dar una vuelta por la isla para empezar a ubicarnos. Unos 15 min después ya estábamos viendo los primeros Moais...Parecía mentira que no hubiera más turistas merodeando por los yacimientos. Continuamos bordeando la costa durante más de dos horas antes de volver. No nos podíamos creer que los Moais fueran tan accesibles. Hacía mucho viento y las olas estallaban contra los acantilados. Me impresionaron los distintos tonos de azul del mar, que son totalmente diferentes a los que había visto antes. Al mirar las curvas de las olas al formarse se puede ver a través del agua que se adivina transparente.

Durante la cena de vuelta en el camping nos reencontramos con Alex y decidimos que al día siguiente alquilaríamos unas bicis para recorrer la parte sur de la Isla.

martes, 27 de marzo de 2012

Rapa Nui, Isla de Pascua, Easter Island, (Preparativos)

El exceso de tiempo libre que nos dejó el hecho de estar atrapados en Santiago de Chile durante tantos días tuvo algo bueno...entre copa y copa de vino nos dio tiempo a releer toda la info que habíamos recopilado sobre nuestra siguiente parada: Isla de Pascua.
A esas alturas del viaje, y viendo lo caro que es Chile en comparación con el resto de países de Sudamérica que llevábamos visitados, a mi me entró la vena ahorradora. Cuando leí en la guía que la isla era muy cara y que lo mejor era llevar provisiones desde el continente lo tuve claro. Ahora el problema era convencer a Joan de que lo mejor era ir bien cargado de provisiones.  En cuanto al alojamiento la cosa estaba clara... solo había dos opciones: hotel de lujo o camping... así que acabamos reservando en un camping a pie de costa (teniendo en cuenta que la isla hace 11km de ancho no era muy difícil)
Como en cualquier negociación, el enfoque del asunto es casi lo más importante. El primer paso para convencer a Joan del camping fue enseñarle lo maravillosos y carísimos que eran el resto de hoteles. Después de ver un par decidimos que la mejor opción era el camping. Ahora llegaba la parte difícil.. pasaron  un par de días en los que yo me volví loca y quería comprar comida como si se acabase el mundo y Joan se negaba a cargar nada porque no se creía que fuera a ser más caro. Justo el día antes de irnos a la isla, mientras volvíamos al albergue en un autobús conocimos a dos chicas chilenas.
No preguntéis por qué pero resulta que en los autobuses de Santiago de Chile no se puede comprar un billete sencillo pagándole al subir al conductor. La única forma de poder usar los autobuses urbanos es comprando una tarjeta en un kiosco autorizado. El caso es que uno de los días de Santiago nos dio por ir a un centro comercial en el culo del mundo. Cuando llegó la hora de volver nos fuimos a una parada de autobús y sorpresa! no veáis la cara que se nos quedó cuando el conductor dijo que no podíamos subir y que no había ningún sitio cerca donde comprar la dichosa tarjeta... por suerte las dos chicas chilenas en cuestión se asomaron a la puerta del autobús y nos dijeron que subiéramos y que ellas pagaban.. que majas!
Al ver que éramos españoles en seguida nos preguntaron y nos pusimos de charreta.. cuando les dijimos que al día siguiente nos íbamos a Isla de Pascua lo primero que dijeron es que nos lleváramos comida y provisiones porque allí todo era carísimo... al salir del autobús lo tuvimos claro.

lunes, 16 de enero de 2012

Teatro con acento

Ya hacía años que tenía ganas de ver la obra de teatro ART. Si, ya se, parece mentira que una friki del teatro como yo, no haya visto la obra más representada del mundo... el caso es que un día paseando por el centro de Santiago vi un anuncio.
Así, uno de esos días tontos que nos quedamos atrapados en Santiago, acabamos en el teatro. Bien mirado no era una mala idea, la autora es argentina, y como el acento chileno tiene un aire al argentino la obra cobra si cabe más sustancia.
El teatro estaba en un barrio cercano al centro; las calles estaban llenas de bares, locales reconvertidos en teatros alternativos y llenas de gente joven.
Al final resultó ser un acierto. La obra nos encantó. Estuvimos casi dos horas de obra sin parar de reír.

domingo, 15 de enero de 2012

Concha y Toro, ¡Va por ustedes!

No podíamos pasar casi un  mes en Chile y no aprovechar para visitar algún viñedo. A pesar de lo que a priori parece, los vinos chilenos son los más famosos de Sudamérica.
Desde que llegamos a Chile, ya hacía dos semanas, decidimos ir probando poco a poco los vinos de la tierra. Cada día a lo hora de cenar, abríamos una botella de tinto y mientras preparábamos la cena y decidíamos que hacer al día siguiente, degustábamos/bebíamos/nos alegrábamos. 
Para cuando llegó el momento de decidir qué bodega visitar ya conocíamos varias. casualidades de la vida, nos recomendaron que visitáramos una de las que aún no habíamos probado ningún vino. Para ser sinceros, hay que reconocer que no era casualidad... cada vez que íbamos al super y veía "Casillero del Diablo" (el nombre del vino más asequible de esta bodega) se me quitaban las ganas de probarlo... Por supuesto el día antes de la visita, nos armamos de valor y abrimos una botella, que resultó estar bastante buena..
Tardamos más de una hora en metro en llegar a las bodegas, que estaban a las afueras de Santiago. Las bodegas seleccionadas fueron las de Concha y Toro (http://www.conchaytoro.com/).
Empezamos la visita paseando por las afueras de la casa de campo. Según nos contaron, la empresa empezó como un capricho del dueño, que compró los terrenos y construyó una casa de vacaciones. En los terrenos de la casa cultivó uva para vino para consumo familiar. Con el tiempo fue aumentando los viñedos y mejorando la calidad del vino hasta que se convirtió en uno de los mayores productores del mundo. La finca es impresionante. Una vez acabamos con la visita de los jardines y los viñedos hicimos una cata de vino.
 
Después nos enseñaron las bodegas y catamos la joya de la corona el vino "Don Melchor", considerado uno de los mejores vinos de todo Chile. Mientras nos explicaron el porqué del horroroso nombre de su vino más popular.  Al parecer cuando las bodegas se empezaron a hacer conocidas y a crecer en producción, la gente de los alrededores se colaba en las bodegas de noche para robar algunas botellas. el señor Don Melchor, preocupado por el tema decidió hacer correr el rumor que el Diablo vivía allí para evitar que la gente le siguiera robando. al final va a ser que Don Melchor no tenía un pelo de tonto...

domingo, 1 de enero de 2012

Atrapados por el mal tiempo

Después de un día paseando por Santiago de chile, y a falta de 5 días de ir a Isla de Pascua, decidimos coger un autobús para cruzar a Mendoza, Argentina. 
Se pasó toda la noche lloviendo sin parar. Cuando sonó el despertador a las 7 de la mañana acabamos recoger las mochilas y salimos hacia la estación de autobuses.
Como siempre yo no había querido comprar los billetes con antelación por si a última hora cambiábamos de opinión y nos queríamos quedar.
Al llegar fuimos directos a por los billetes, al parecer mientras en Santiago había estado lloviendo, en las montañas de la frontera (que está a unos 4000 metros) había estado nevando. después de esperar más de media hora, tal y como nos recomendó la chica de la taquilla, no me quedó más remedio que convencerme de que no abrirían la frontera en un par de días... fue frustrante quedarnos atrapados en Santiago, que hasta entonces no nos había gustado especialmente y donde nos tendríamos que quedar 5 días.
Por segunda vez durante el viaje, las cosas no salían tal y como las habíamos planeado y teníamos que buscar alternativas.