La ciudad de Quito está ubicada en una hoya, en la ladera del volcán Pichincha. Como ya le estamos cogiendo el gustillo a eso de hacer senderismo, no podíamos desaprovechar la oportunidad de subir a nuestro primer volcán, así que nos propusimos subir al Rucu Pichincha. La dificultad de esta excursión fue la altura, 4627m, y el riesgo de mal de altura.
Para subir al volcán se coge un teleférico desde Quito que te deja a una altura de 4100m. Justo a la bajada del teleférico las vistas son impresionantes. Si llegas a primera hora de la mañana, se pueden ver 4 volcanes nevados que rodean la ciudad: el Cotpaxi, el Sincholagua, el Antisana y el Cayambe.
Con el ánimo a tope y dos bocatas en la mochila, empezamos a subir. Después de la primera parte, en la que el camino estaba bien marcado, llegamos a la ascensión propiamente dicha. A partir de entonces, fuimos buscando la mejor manera de subir, sin perder de vista las señales. Las pendientes se acenturaron hasta tal punto que empezó a preocuparnos más la bajada que la subida. Tardamos 3 horas en subir, pero una vez allí mereció la pena.
A la bajada, las vistas de los nevados estaban completamente cubiertas por una niebla espesa, por suerte nosotros ya los habíamos visto.
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