Si los viajes en autobús en Colombia me dejaron alucinada, Ecuador no iba a ser menos. Para ser sincera, el país esta mucho mejor de lo que esperaba, y especialmente las infraestructuras. Las carreteras, aunque siguen sin ser autopistas, están en buenas condiciones y se nota que son bastante nuevas. Los autobuses en si, digamos que no tienen nada que envidiar a los españoles. Pero entonces cabria preguntarse, ¿ que tiene de especial los viajes en bus?
Para empezar, por muchas veces que te digan (que te lo dirán) que el trayecto es directo, no es verdad. Mientras el autobús avanza por la carretera va atravesando pueblos en los que va recogiendo a gente; pero no penséis que es una cosa organizada y que el bus para en una estación y ahí se baja y se sube todo el mundo, ¡que va! Cada vez que alguien se quiere bajar, se acerca al conductor y le dice,"por favor, siguiente esquina" y el conductor se para en medio de donde sea, ¡con un par! y para recoger gente igual. Que quieres coger un bus, pues sales una calle por la que sepas que pasa y cuando se acerca lo paras, como si fuera un taxi; ¡en un mismo pueblo el bus puede acabar parando 5 o 6 veces!
Pero eso no es lo mejor....no os inmaginais la cara que se me quedo la primera vez que vi a un pasajero acercarse al conductor para pedirle que parara en medio de la nada para bajar a mear... yo no me lo podía creer; el conductor se paro en unos arbolillos que había al lado de la carretera, y el hombre ni corto ni perezoso se bajo e hizo sus necesidades mientras todo el bus esperaba...
Y aun mas, en cada pueblo, además de las paradas para dejar y subir pasajeros, suben los vendedores. Es muy gracioso porque te venden de todo: patatas fritas, caramelos, fruta, liquido para los ojos, polvos par limpiar el intestino (si, si....).
En fin, los viajes en autobús siguen siendo ¡una experiencia en si mismos!
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