Comienza nuestra pequeña gran aventura!!

5 meses, 10 países, más de 30000 kilómetros, en avión, coche, autobús o lo que sea necesario... Todo para cumplir un sueño. Hacer un viaje por las américas. ¡Esperamos que os guste!

lunes, 19 de septiembre de 2011

Atravesando el desierto (Árbol de piedra y laguna colorada)


Ese día nos levantamos a las 6 de la mañana. Se nos había ocurrido que sería bonito ver el amanecer sobre el salar; así que a pesar de que no salíamos en el jeep hasta las 8 de la mañana, nos levantamos cuando aún era de noche. Por supuesto hacía un frío que pelaba. Por suerte desde el comedor del hotel de sal, que estaba lleno de ventanas se veía perfectamente el salar y pudimos esperar dentro hasta que vimos que el sol empezó a asomar a lo lejos. Después de casi una hora de espera el sol salió en poco más de 15 minuto, a pesar de todo mereció la pena por ver los colores que se formaban en el cielo y se reflejaban a lo lejos en el salar.
Después nada mejor que un buen desayuno antes de subir el jeep y continuar el viaje.
Una hora más tarde estábamos en San Juan, una aldea en la que paramos a comprar provisiones y a visitar un cementerio donde las tumbas estaban escarbadas en rocas de coral fosilizado. Viendo el paisaje desértico es difícil imaginar que miles de años atrás todo ese lugar era un gran mar que estaba unido al lago Titicaca.
De allí fuimos directos a la laguna Cañapa en la que vimos los primeros flamencos que campaban a sus anchas. Lo más llamativo era el color rosa intenso de sus plumas. Es cierto que no hace falta venirse a la otra parte del mundo para ver flamencos que puedes ver en las salinas de Santa pola en temporada, pero también es cierto que no se parecen nada los flamencos de aquí con los que hay en Alicante. 
Después otra vez al jeep hasta la laguna Hedionda donde comimos.
Por la tarde paramos en una parte del desierto donde el aire ha dado formas curiosas a las rocas. Allí hay una formación que siempre sale en todos los reportajes de fotografía de las revistas dominicales y que se llama el árbol de piedra. Impresiona estar delante de la roca que parece ligera y moldeable y que es todo lo contrario, y darte cuenta cómo se ha ido desgastando con el paso del tiempo.
Después de otro trayecto en jeep llegamos a la última parada del día, la laguna Colorada. Los paisajes que veíamos desde el jeep entre parada y parada eran de lo más curiosos. Estábamos rodeados de desierto con montañas al fondo y nieve de vez en cuando. Íbamos siguiendo las marcas que dejaban otros jeeps al pasar porque no había carreteras propiamente dichas.
La laguna Colorada nos dejó alucinados. No pensaba que tendría un color rojo tan intenso. Según nos dijo el chofer/guía el color es debido a que el fondo de la laguna está lleno de algas de este color. En un ataque de elocuencia, porque el resto del tiempo estaba más bien callado, nos explicó que los flamencos eran de color rosa porque comían estas algas.
Dimos una vuelta por la orilla del lago para disfrutar del paisaje y aprovechar los últimos momentos de luz del día. A la vuelta hacia el albergue, el viento helado sacudía tan fuerte que cuando llegamos estábamos completamente helados. Esa noche prometía ser dura, por suerte traíamos los sacos de dormir que compramos en La paz porque nos habían avisado que se pasaba muchísimo frío. A eso había que sumar las dos botellas de vino tinto que bebimos que con el resto del grupo y que nos templaron el cuerpo...

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