Justo después de los géisers de Sol de mañana nos dirigimos hacia unos baños termales. Al haber estado a la intemperie alrededor de media hora estábamos completamente congelados. Subir en el jeep no era ningún alivio porque la calefacción no funcionaba. De repente el guía nos preguntó si preferiríamos ir unos baños más pequeños pero en los que habría menos gente, a lo que inmediatamente dijimos que si.
Joan y yo teníamos que estar en la frontera a eso de las 11 de la mañana para que el transporte que venía de Chile nos recogiera. Así el guía/chofer nos cambió el recorrido para aprovechar más el tiempo y nos llevó a la laguna verde y la laguna blanca cuando el resto de grupos desayunaba en los baños termales. De esta forma pudimos disfrutar de esos paisajes con mucha más tranquilidad. Antes de que el resto de jeeps hubiera llegado a las lagunas nosotros ya las habíamos visto y nos dirigíamos a los baños termales.
Cuando llegamos no nos lo podíamos creer, ¡estábamos solos! Los baños termales eran una balsa natural y humeante al lado de una de las lagunas. El agua no estaba ardiendo, pero teniendo en cuenta que veníamos completamente helados de los géisers me pareció más que suficiente. El momento de cambiarse para ponerse el bikini con ese frío inhumano fue bastante duro pero dos segundos en el agua bastaron para calentarme. Los minutos que pasamos en la balsa con las vistas del lago y las montañas de nieve al fondo fueron justo lo que necesitábamos para reponer energías y seguir a un nuevo país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario