El parque nacional del Huascarán (el pico más alto de Perú) tiene tantas lagunas que decidieron nombrar la mayoría de ellas con un número. Casualmente una de las más bonitas es la laguna 69. El taxi nos dejó dentro del parque nacional, justo después de pasar las lagunas Llanganuco, populares por su color verde esmeralda.
El día empezó con mal pie. A las 6 am un taxi tenía que venir a recogernos para llevarnos al parque. A las 5:45 bajamos a desayunar tal y como habíamos quedado con los dueños del hostal pero allí no había nadie. Con la mala leche normal a esas horas de la mañana y más sabiendo que has perdido tiempo de sueño para no desayunar vimos llegar a nuestro taxi. Justo en ese momento el dueño del hostal apareció con una cara de sueño increíble y nos dijo que nos sentáramos que nos iba a sacar el desayuno. Mientras nuestro taxi se escacharró, así que para cuando acabamos de desayunar no teníamos medio de transporte...El dueño del hostal, que es quien nos había contratado el transporte se fue y volvió al cabo de 15 minutos en un taxi. Pensamos que era el mismo arreglado pero cuando ya estábamos subidos el dueño del hostal se bajó y le dijo al taxista, que parecía que no estaba muy convencido, que nos tenía que esperar todo el día y que comprara algo para comer por allí; el taxista aún no muy convencido arrancó el coche. De camino primero paró a hinchar la rueda de repuesto y unos kilómetros más adelante paró delante de una casa y se bajó del coche. Al momento volvió con una mujer y cargada de trastos, que resultó ser su mujer. De camino aún hizo otra parada para comprar comida. Yo estaba flipando, el tipo había parado en casa había recogido a su mujer y se ¡la traía para que le preparara la comida!
Tardamos 3 horas en llegar a la laguna desde donde nos dejó el taxi. Por el camino, en pleno parque nacional, pudimos ver el Huascarán con sus dos cumbres nevadas. La senda atravesaba un valle formado por varios glaciares. De subida hacia la laguna y formada por agua que bajaba directamente de los glaciares había un catarata de salto inmenso. La imagen me recordó la fotografía de la película la misión. Justo cuando el camino parecía que no acababa nunca apareció la laguna. El esfuerzo mereció la pena, la laguna de color azul turquesa está a los pies de uno de los glaciares. Después de la caminata nada mejor que un buen picnic para disfrutar de las vistas y reponer fuerzas antes de volver.
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