Desde el momento que llegas a Cuzco todo parece girar en torno a Machu Picchu. A veces pareciera que la ciudad en si no tiene la importancia que tiene y que la gente sólo fuera allí por Machu Picchu. Mientras andas por la calle te sientes acosado por montones de personas de las agencias de viajes que no hacen más que decirte lo difícil que es encontrar entradas y transporte y cómo tienes que ir con una empresa fiable etc.
Entre el cansancio acumulado por el horrible viaje en bus y el stress de los agentes de viajes casi se me quitaron las ganas de ir... Por suerte nosotros ya habíamos sacado las entradas por internet.
Al llegar a Cuzco nos enteramos que casi tan importante como las entradas era el billete de tren para llegar allí. y es que quién podría imaginar que es tan complicado llegar a un sitio tan turístico. Bueno en realidad no es que sea complicado, se cumple la relación inversa que predomina en cualquier viaje; si tienes mucho tiempo para un traslado lo puedes hacer a un precio muy bajo, en cambio si no tienes tiempo tienes que gastar pasta.
Así descubrimos que la única forma de llegar a Aguas Calientes, el pueblo más cercano a Machu Picchu, es en tren (unos 100 dolares por persona). Si no la única opción es coger un autobús hasta Hidroeléctrica, el pueblo más cercano a Aguas Calientes, y desde allí caminar al lado de las vías del tren durante 3 horas. Por supuesto esta opción es mucho más barata, pero también más lenta. Mientras que el tren tarda 1:45 horas, el bus tarda 7 horas.
La dueña del hostal nos ofreció el transporte a través de Hidroeléctrica con ida un día y vuelta al día siguiente. El plan era llegar a aguas calientes un día dormir allí y al día siguiente ver Machu Picchu y vovler a Cuzco. El plan parecía bueno, el único inconveniente era que había que coger el bus a las 15 h lo que significaba que entre unas cosas y otras había que salir de la fortaleza como a las 11 de la mañana. Por supuesto esta solución no me gustó nada, y menos la de volver al día siguiente a esa misma hora, lo que significaba perder el día entero. Esta claro que no vengo de la otra parte del mundo para tener que ir corriendo y sin poder disfrutar del lugar hasta que me apetezca.
Al final, después de darle mil vueltas llegamos a la solución perfecta. Ida en bus para ahorrar y vuelta en tren para no perder el día. Eso si, dos noches en Aguas calientes para poder disfrutar del monumento hasta que nos cansásemos sin tener que estar pendientes del transporte.
A veces es complicado no dejarte arrastrar por la mayoría, que nos decía que la mejor opción era la de pasar una sola noche en Aguas Calientes e ir en bus (ida y vuelta) porque el tren era muy caro y patatín y patatán. Es bueno saber distanciarte de las opiniones y analizar la situación de forma objetiva; después de todo nos alegramos de haber buscado una solución a medida y haber pasado dos días en Aguas Calientes para disfrutar al máximo de Machu Picchu.
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