Hace alrededor de 8 meses descubrí la comida peruana y el restaurante “Astrid y Gastón” gracias a mi hermano Andrés. Al planear el viaje y decidir que pasaríamos unos días en Lima supe que uno de los lugares de interés a visitar en la ciudad sería el restaurante original de Gastón Acurio.
Al intentar hacer la reserva para ir a cenar nos llevamos una decepción porque el local estaba lleno toda la semana; por suerte el horario de comidas no es tan concurrido y finalmente pudimos reservar una mesa.
Lo primero que me sorprendió al llegar es que desde fuera nadie diría que el local es un restaurante. La puerta está cerrada y en el pequeño cartel de la puerta sólo pone el nombre.
El pedido estaba claro: el menú degustación. Nada más pedirlo el camarero nos avisó de que el menú constaba de 13 platos y que se tardaba unas 3 horas en comer, y quiso asegurarse de que éramos conscientes. Nosotros ni cortos ni perezosos asentimos y pedimos un pisco sour de aperitivo.
Coincidiendo con esta comida celebramos la mitad del viaje, y la ocasión lo merecía todo. Mientras tomábamos el pisco empezamos la comida con una selección de 6 clases de pan, incluido un pan de chocolate y otro de patata, sencillamente deliciosos. A continuación unos aperitivos, que yo pensé ya eran parte del menú, pero que resultaron ser además de los 13 platos.
Cada plato era una delicia. Prácticamente todo el menú estaba basado en comida típica peruana de las diferentes regiones y en ocasiones fusionado con otras cocinas. Pudimos saborear: dos tipos de ceviche, pulpo a la brasa, cuy (conejillo de indias) al estilo pekinés, un arroz seco y vuelto a mojar, un ravioli de foie... todo delicioso.
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